OBAMA DARÁ SU ÚLTIMO GRAN DISCURSO EN CHICAGO, DONDE SE INICIÓ EN LA POLÍTICA
WASHINGTON (3 Enero 2016).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dará
el último gran discurso de su Presidencia el 10 de enero en Chicago, la ciudad
en la que conoció a su mujer, nacieron sus dos hijas, trabajó como líder
comunitario y dio el salto a la política.
El propio Obama anunció en un correo electrónico
dirigido a sus seguidores el discurso que tendrá lugar solo diez días antes de
que le suceda en la Casa Blanca el republicano Donald Trump. ”Estoy empezando a
escribir mis declaraciones”, aseguró Obama, que hizo historia en 2009 al convertirse
en el primer presidente negro de EEUU y este mes tendrá que abandonar el
Despacho Oval.
”Estoy pensando en esto como una oportunidad para
decir gracias por este increíble viaje, para celebrar las formas en las que
habéis cambiado este país para mejor en estos últimos ocho años, y para ofrecer
algunas ideas sobre adónde vamos todos desde aquí”, detalló Obama en su correo
electrónico.
Posiblemente, el discurso de Chicago será la última
oportunidad de Obama para defender sus políticas antes de que irrumpa en la
Casa Blanca Donald Trump, quien ha prometido sepultar los principales logros
del actual mandatario a nivel nacional e internacional.
Para evitarlo, en las últimas semanas, Obama ha
promulgado de manera unilateral algunas medidas, como la prohibición de
prospecciones petroleras y gasísticas en aguas del Ártico y algunas zonas del
Atlántico, unas acciones que buscan preservar sus esfuerzos en la lucha contra
el cambio climático.
Obama también se está centrando en salvar su reforma
sanitaria, conocida como Obamacare y que Trump se ha propuesto derogar en los
cien primeros días de su Gobierno.
El discurso de Obama en Chicago cumple con una
tradición que inauguró en 1796 el primer presidente de EEUU, George Washington,
quien se dirigió al pueblo estadounidense para despedirse cuando se acercaba el
final de su segundo mandato y ofreció a sus conciudadanos sus últimas
recomendaciones.
Muchos mandatarios han seguido la tradición y, de
hecho, el último discurso de despedida pronunciado por un presidente fue el de
George W. Bush en 2009, justo antes de la llegada al poder de Obama.
En el anuncio del discurso de Obama en la página web
de la Casa, aparece una entrañable foto del mandatario y de la primera dama,
Michelle Obama, de espaldas, agarrados de la cintura y contemplando los
rascacielos de Chicago desde la orilla del lago Michigan.
Nacido en Hawái, Obama siente una gran devoción por
Chicago y, por eso, no es ninguna casualidad que haya elegido esta ciudad como
escenario para su último gran discurso como presidente de EEUU.
Tras una infancia entre Indonesia, el país de su
padrastro, y Hawái, donde vivió con sus abuelos, Obama terminó estudiando en
dos de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, Columbia y
Harvard, y echó raíces en Chicago, apodada como “la ciudad del viento”.
En Chicago, Obama ejerció de abogado en una consejería
jurídica por los Derechos Civiles y como profesor de Derecho Constitucional en
la universidad, y fue entonces cuando comenzó a pensar en entrar en política.
Su carrera política arrancó en 1997 con su elección como senador estatal de
Illinois por el Partido Demócrata, en representación del distrito de Hyde Park
de Chicago.
En 2004, tras ganar relevancia en la Convención
Demócrata con un discurso en favor de la reconciliación racial, Obama
desembarcó en la política nacional y entró en el Senado, desde donde se lanzó a
por la Casa Blanca con una campaña seguida en todo el mundo y liderada,
precisamente, por un grupo de amigos y asesores de Chicago.
Pero antes de convertirse en presidente, Chicago se
convirtió en una tarde de verano de 1989 en el escenario de la primera cita
entre Obama y la joven abogada Michelle Robinson, un evento que ha sido
recreado en la película “Southside With You”. ”En nuestra primera cita la
invité al mejor helado de Baskin Robbins. La besé y sabía a chocolate”, confesó
Obama en 2007 a The Ophra Magazine.
Para rememorar ese momento ya histórico, una placa
recuerda desde 2012 el primer beso de los Obama en el lugar donde estaba
emplazada la heladería y que hoy ocupa un restaurante de comida rápida. La
pareja se casó tres años después y tienen dos hijas, Malia y Sasha, nacidas
también en Chicago y ahora adolescentes.
La familia todavía conserva la casa en la que
vivieron durante años en la zona sur de la ciudad, la misma por la que Obama
pasa cuando visita Chicago por motivos de trabajo.
Por el momento, los Obama no tienen previsto volver
a su casa de Chicago y han alquilado una mansión en un exclusivo barrio de
Washington, a unos tres kilómetros de la Casa Blanca y donde tienen pensado
permanecer hasta que su hija menor, Sasha, termine la educación secundaria.
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